Les comento dos hipótesis de por qué las mujeres eligen al padre de sus hijos entre pocos candidatos.
Les plantearé dos hipótesis tan
indemostrables como las teorías sobre el origen del cáncer o sobre la
existencia de Dios.
Que mi planteo sea menos
conocido que las mencionadas creencias no le quita mérito sino algo de
popularidad.
Las mujeres no tienen hijos con
cualquiera, son precisas, cuidadosas, masivamente excluyentes. Discriminan con
furia a la mayoría de los varones.
Por el contrario, los varones
somos generalistas, tolerantes, abarcativos, ecuménicos, masivamente
incluyentes. Si por algo cuidamos dónde depositar nuestro semen es por razones
culturales, legales, económicas. De no ser por estas limitantes tendríamos sexo
con cualquier mujer que apenas se insinuara interesada en nuestra fertilizante
presencia.
Me pregunto: ¿Con qué criterio
las mujeres nos seleccionan con tanto rigor? ¿Por qué eligen entre tan pocos
varones para ser padre de sus hijos?
Hipótesis 1: Ellas tienen un sexto sentido por
el que «saben» qué varón cuenta con la dotación genética que mejores ejemplares
gestará al combinarse con la dotación genética de ella.
Esta hipótesis parece lógica, sobre todo para quienes conocemos
manifestaciones de ese sexto sentido para las cosas trascendentes.
Con esa capacidad supra normal, (sexto sentido), quizá no se den cuenta
que el marido hace una doble vida porque eso no es tan trascendente como la dotación
genética de sus hijos.
Hipótesis 2: Ellas sueñan con
sus futuros hijos. «Los ven», no solo antes de parirlos sino antes de
concebirlos.
Como dato lateral, obsérvese que el verbo «concebir» tanto significa
«quedar embarazada» como «formar
idea, hacer concepto de algo».
Así como en los sueños «vemos personas»
desconocidas que en realidad son la condensación de los rasgos de varias
personas, ellas sueñan con maravillosos hijos poseedores de rasgos propios y
del padre elegido.
(Este es el Artículo Nº 1.919)
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