martes, 4 de marzo de 2014

Humanos sexualmente inhumanos


Fuimos educados para que nuestra conducta sexual imite a la del resto de los animales y para que reprima las prácticas exclusivamente accesibles a nuestra especie. Fuimos educados para ser sexualmente inhumanos.

Es probable que muchos hispanoparlantes  hayan sido educados teniendo en cuenta dos principios morales muy fuertes:

1) Debemos tener relaciones sexuales sólo para concebir hijos, es decir, sin barreras anticonceptivas; y

2) Toda otra práctica sexual que no tenga por objetivo la reproducción es perversa, amoral, condenable.

Estas dos importantes normas de conducta íntima, se pregonan en un contexto filosófico según el cual, el ser humano es un ser superior a los animales, hijo de Dios, y rey de todos los seres vivos.

En otras palabras, se nos hizo pensar que el resto de los seres vivos son inferiores a nosotros y que tenemos sobre ellos todos los derechos que podría tener hasta el soberano más desconsiderado con sus gobernados. Por este motivo, podemos usarlos para que trabajen en nuestro beneficio y hasta podemos matarlos para comerlos y alimentarnos.

En suma: se nos dijo que los seres humanos no somos animales y que solo debemos practicar relaciones sexuales con fines reproductivos, porque si utilizáramos el placer sexual con fines exclusivamente placenteros, estaríamos vulnerando la moral, estaríamos dejándonos llevar por los instintos, como si fuéramos animales.

Este artículo tiene por único objetivo compartir la siguiente reflexión:

Ningún ser vivo, excepto los humanos, tiene prácticas sexuales por diversión. Todos copulan solo para reproducirse. Parece que no saben jugar o no les interesa. Como están condenados a obedecer a sus inflexibles instintos, sus relaciones sexuales son mecánicas, incontroladas por ellos. Es decir, según lo que nos han enseñado, el resto de los animales cumple con esa norma moral que nos fue inculcada: solo copular para reproducirnos.

Conclusión: fuimos educados para comportarnos como cualquier animal, excepto como los seres humanos, porque somos los únicos que podemos masturbarnos, ser homosexuales, fornicar por puro placer utilizando barreras anticonceptivas.

La moral con la que fuimos educamos nos induce a reprimir las características de nuestra especie y nos induce a copiar la característica del resto de los animales.


(Este es el Artículo Nº 2.133)


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