martes, 6 de mayo de 2014

Por qué cobrar y cuánto

 
Hablar de dinero es difícil para todos, pero teniendo algunas ideas claras, esa dificultad desciende considerablemente.

Es bueno tener las ideas claras. Cuando esto ocurre actuamos con más aplomo, seguridad, serenidad. A su vez, nuestros interlocutores sienten nuestro estado de ánimo y responden a él dándonos su aprobación, su preferencia y hasta su amistad.

Tener las ideas claras no significa disponer de alguna verdad indiscutible: ¡para nada! Las personas religiosas suelen tener ese aplomo contagioso que genera un halo de aprobación y, sin embargo, creen en algo tan inverosímil como es Dios. Por lo tanto acá tenemos dos ideas importantes:

1) Quienes tienen sensación de seguridad anímica inspiran confianza en los demás y estos reaccionan dando su aprobación, aceptándolos socialmente, brindándoles confianza, eligiéndolos como amigos;

2) Las ideas religiosas, que parecerían ser totalmente inútiles por su carencia de fundamento, son útiles para generar ese estado de seguridad, que no por su falta de realismo es menos efectivo.

En suma: cuando estamos seguros de todo, sin importar el realismo o el delirio utilizado para acceder a ese estado, generamos buenas relaciones interpersonales.

Otra forma de adquirir esa actitud beatífica es conociendo explicaciones de cómo y por qué hacemos lo que hacemos.

En este video les comento una historia personal en la que un razonamiento de mi madre es traído al presente y al Cyber-espacio.

En pocas palabras, esa idea de ella tenía que ver con el trabajo y la remuneración:

Cuando trabajo para otro puedo imaginar que trabajo para mí mismo y que, cuando el verdadero destinatario de mi producción me paga, lo que me paga es lo que dejé de ganar por hacerle el trabajo o, quizá también, como digo en el video, lo que me paga es lo que yo necesité para vivir durante esos días en los que le dediqué mi esfuerzo, tiempo y profesión.

El progreso económico ocurre cuando cada vez más personas nos piden ocupar su lugar haciendo algo para ellas, con el mismo amor que sentiríamos si el trabajo fuera para nosotros.

Hablar de dinero es difícil para todos, pero teniendo algunas ideas claras, esa dificultad desciende considerablemente.

(Este es el Artículo Nº 2.186)


No hay comentarios: