lunes, 28 de febrero de 2011

Ama al semejante ... de tu misma religión

Aunque se oculte por razones éticas, cuando las religiones estimulan el amor entre sus feligreses inevitablemente provocan el desamor a quienes no sean feligreses.

Una importante rama de la psicología se denomina Gestalt y está especializada en analizar las consecuencias psíquicas que se verifican a partir de cómo percibimos.

En varios artículos (1) he utilizado esta teoría para comentar ciertas particularidades de nuestra mente.

Nuevamente recurro a ella para contarles sobre cómo se organizan muchas personas para mejorar sus condiciones competitivas en la ardua tarea de ganar el dinero suficiente para acceder y conservar una aceptable calidad de vida.

Ya he mencionado (2) la formación de agrupaciones con el objetivo de obtener una mayor fuerza para defender sus intereses.

Observemos que la palabra religión define al conjunto de normas referidas a una divinidad. Por ejemplo, el catolicismo es una religión que legisla ciertas normas referidas a Dios y a Jesús Cristo.

Pero además el vocablo religión está formado por la unión de dos ideas: el verbo «ligar» (unir), antecedido por la partícula «re» que intensifica el significado del verbo.

Por lo tanto, el vocablo religión alude en su origen a la unión reforzada de personas.

De esta forma desembocamos en el concepto de corporación (2), sindicato, gremio, es decir, agrupamientos de personas con intereses compartidos que se fortalecen contra los intereses del resto de la comunidad.

Dado que en las religiones se favorece el amor entre sus integrantes (feligreses) y teniendo en cuenta el fenómeno perceptivo desarrollado por la Gestalt (percibimos por contraste del tipo blanco sobre negro, etc.), llegamos a comprender cómo es inherente a las religiones el desamor hacia quienes no la integran.

Y este desamor es el sentimiento más adecuado para el régimen de libre competencia del capitalismo.

En suma: las prácticas religiosas tonifican la agresividad competitiva.

(1) Felizmente existen los feos
Mejor no hablemos de dinero
La indiferencia es mortífera
«Obama y yo somos diferentes»
«Soy fanático de la pobreza»
El diseño de los billetes
Amargo con bastante azúcar
El desprecio por amor

(2) Las corporaciones también sirven para abusar

●●●

No hay comentarios: