martes, 1 de enero de 2013

Creer significa no estar seguro



   
Las incoherencias de las religiones ocurren porque la fe en realidad es miedo y porque «creer» significa «no estar seguro».

Las funciones de un ser humano vivo siempre son coherentes y la vida deja de existir cuando se pierde esa coherencia vital.

En otras palabras: de un ser vivo no podemos decir que es incoherente porque la propia función vital está demostrando que esa coordinación básica está presente.

Claro que en niveles más específicos de funcionamiento podemos decir que alguien no tiene un pensamiento coherente cuando su discurso no muestra una relación lógica entre las ideas. Por ejemplo: «Me gusta lo que me desagrada», «El color blanco es demasiado oscuro», «La suma de las partes es menor al conjunto de esas partes».

Muchas personas creen en Dios, a quien le asignan una cantidad de atributos sobre-humanos. Para los ateos, la definición de Diós es “ente imaginario que supera en cualidades a quienes lo imaginan”.

Sin embargo, esas mismas personas le rezan, le piden con insistencia. Esto demostraría que en realidad no creen tanto en Él.

Si esta conducta, que desde un cierto punto de vista es incoherente, pero que seguramente cuenta con una coherencia básica en tanto la persona que así se comporta está viva, debería tener alguna explicación que nos permita comprenderla.

Por qué alguien que dice tener fe en su deidad,

— tiene que pedirle las cosas mil veces (rezar)?

— se ofrece para sacrificarse, padecer y sufrir como estímulo para un dios del que se dice es todo amor?  y

— hasta intenta sobornarlo con ofrendas para ver si su grado de corrupción es sensible a la coima?

La explicación de por qué todo esto es coherente estaría en que la fe en realidad es miedo y en que toda creencia inevitablemente está llena de dudas.

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