martes, 3 de abril de 2012

La fantasía del cuerpo prestado

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Algunas personas se sobreendeudan para imaginar que controlan la «devolución de materiales» («Del polvo venimos...») que implica morir.

El psicoanálisis sólo es útil para unos pocos millones de personas. Es decir, de los 7.000 millones de humanos actuales quizá no haya más de 100 millones que nos llevamos bien con esta técnica-filosofía-arte.

Calculo que otros 500 millones se divierten con nuestros puntos de vista, porque en general suelen parecer originales, creativos, alternativos, diferentes.

Cuando escribo estos artículos lo hago pensando en ese grupito de 600 millones.

La frase «Del polvo venimos y al polvo volvemos» parece vinculada a la leyenda bíblica según la cual Dios nos hizo con barro.

Muchas personas pueden entender que con esta frase se nos está diciendo que nuestro cuerpo está hecho con materiales que recibimos «prestados» del planeta y que la muerte no es otra cosa que la cancelación (devolución) de ese préstamo.

El instinto de conservación es nuestro fiel guardián que se mantiene alerta para salvarnos de todos los peligros. Es muy enérgico y hasta bastante paranoico porque a veces actúa con un exceso de celo que nos pone en problemas.

Como todo instinto, podemos imaginarlo ubicado en el inconsciente, según los criterios del psicoanálisis.

Las asociaciones que se producen en el inconsciente son mucho más irracionales que las asociaciones que conocemos porque se producen en nuestra conciencia.

Algunas personas que se endeudan excesivamente pueden intentar evadir la muerte como acto de cancelación de la deuda al devolver los materiales que componen nuestro cuerpo.
Su estrategia consistiría en endeudarse en dinero para que la sensación de «deuda» deje de ser vital (de vida o muerte) y pueda ser imaginada como que es meramente financiera, cultural, controlable, negociable entre humanos.
Con el sobreendeudamiento suponen que sólo deben dinero y que no deben su propio cuerpo.

Otras menciones del concepto «sobreendeudamiento»:

No poder vivir sin endeudarse
El sobreendeudamiento y los privilegios
Luchemos contra mí

(Este es el Artículo Nº 135)

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