lunes, 11 de febrero de 2013

Sobre el orgullo de ser humano




Quizá el orgullo sea una gran usina de fracasos en tanto dedicamos nuestra valiosa energía a cultivarlo y a defenderlo.

Yo no creo en una cantidad de cosas pero creo en otras tan indemostrables como las anteriores.

Desde mi punto de vista el marxismo es una ideología que promueve las actitudes narcisistas, pedantes y vanidosas de los ser humano.

Por esto mismo creo que los adherentes a esa ideología, nos califican de seres inferiores a quienes no comulgamos con los partidos políticos que lo toman como núcleo ideológico y filosófico.

Todos los marxistas son, por definición, de izquierda y si los observamos sin mucho detenimiento, notaremos que ellos se creen los mejores, los más honestos, los más solidarios.

Claro que cuando ascienden a los máximos cargos gubernamentales, no hace falta que pase mucho tiempo sin que nos demos cuenta que son tan inteligentes como los derechistas, tan deshonestos como cualquier ser humano una vez que conoce cómo ser corrupto sin morir en el intento, y la solidaridad termina cuando los ricos a quienes depredan, se quedan sin la capacidad contributiva de la que dependen estos filántropos con recursos ajenos.

El orgullo de ser de nuestra especie es tan tonto como el orgullo de ser varón o mujer, o el orgullo de ser de izquierda o de derecha. Lo que no corresponde es el mismo orgullo.

Trato de averiguar por qué nuestras riquezas se reparten de forma tan despareja y hoy le tocó el turno al «orgullo de ser» que algunos humanos tienen, creyéndose superiores a otras especies, otras culturas, otras ideologías.

Es probable que las personas que se detienen demasiado tiempo en defender su orgullo, gastan toda la energía en algo tan superfluo como son el lujo, la conciencia de clase, la intolerancia, el adorar a, o sentirse un, Dios.

(Este es el Artículo Nº 1.772)

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