miércoles, 6 de abril de 2011

¿La pobreza existe gracias a Dios?

La prohibición del incesto, la creencia en Dios, el dualismo cartesiano, podrían ser responsables de la pobreza.

Si desde hace milenios no podemos distribuir las riquezas con mayor justicia, es posible suponer que TODO lo que hemos hecho hasta ahora, es culpable (o cómplice por omisión).

Por lo tanto asumo que es una actitud respetable y responsable rever nuestras ideas, principios, creencias, hasta que demuestren su inocencia.

Una de esas ideas grandes e inamovibles como una montaña, es la prohibición del incesto.

Es probablemente el principio de convivencia más parecido a un fantasma terrorífico.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué los parientes consanguíneos no pueden tener relaciones sexuales. El tema en sí mismo es un tabú. No sólo sería transgresor esa fornicación sino que este acto de mencionarlo genera un rechazo irracional, fóbico, de espanto.

En segundo lugar, pero muy alejado, con mayor tolerancia, encontramos a millones de personas de incuestionable capacidad mental y cultura, que organizan sus vidas suponiendo que existe un personaje fabuloso, que nos ayuda o nos perjudica según ciertos criterios (dios).

Este segundo lugar incluye la creencia en la inmortalidad, en una vida posterior a la muerte. No todos los creyentes en dios creen en su inmortalidad, pero quienes creen en la inmortalidad necesitan creer en otros mundos gobernados por uno o más dioses.

En tercer lugar encontramos que más de la mitad de los seres humanos creen en el dualismo cartesiano, esto es, que estamos compuestos por la suma de un cuerpo material y un alma, espíritu o psique inmaterial.

Si bien esta suposición es necesaria para quienes creen en una vida post mortem, también la encontramos entre los ateos.

En suma: Si estas grandes ideas han convivido con un mal reparto de la riqueza, es legítimo sospechar de ellas (causa, responsabilidad, culpa).

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