martes, 4 de septiembre de 2012

Los Estados paternalistas y el subdesarrollo económico




Con lógica psicoanalítica, los seres humanos no funcionamos bien en un régimen paternalista que nos mantenga infantiles, inmaduros, subdesarrollados.

Desde mi punto de vista, los pueblos que viven en regímenes comunistas (Cuba y Corea del Norte), viven pacíficamente, con recursos uniformemente escasos, mientras que el resto de los pueblos, quienes vivimos en regímenes capitalistas, vivimos ansiosamente, con recursos que la mayor parte del tiempo son muy abundantes, aunque a veces padecemos profundas crisis durante las cuales sufrimos dramáticas escaseces.

Una de estas crisis ocurrió en el año 1929, en Estados Unidos y eso estimuló repensar, reformular el capitalismo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo como una de las causas principales el malestar que produce la despareja distribución de los recursos del capitalismo, algunos políticos pensaron que era hora de que los gobiernos intervinieran para evitar nuevos estallidos sociales que provocaran una tercera guerra.

El esfuerzo dirigido a evitar las profundas desigualdades entre los seres humanos nos mantuvo ilusionados durante varias décadas.

En 1945 comenzó a funcionar en Inglaterra lo que se denominó Estado de Bienestar, consistente en la intervención del Estado en la distribución de la riqueza generada por los trabajadores.

Si lo observamos con objetividad, el Estado de Bienestar no fue otra cosa que la oficialización de la política del mítico Robin Hood: quitarle a quienes tienen más riqueza para repartirla entre quienes tienen más pobreza.

Esta intervención estatal generó grandes beneficios que hicieron pensar en que los males económicos habrían terminado para siempre.

Sin embargo no fue así. Los trabajadores perdieron interés, la producción comenzó a disminuir y las crisis economías reaparecieron.

Con lógica psicoanalítica, los seres humanos no funcionamos bien en Estado de Seguridad, de protección superior (Estado o Dios), artificialmente aliviados de la incertidumbre, en un régimen paternalista que nos mantenga infantiles, inmaduros, subdesarrollados.

(Este es el Artículo Nº 1.648)

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