martes, 4 de septiembre de 2012

Que Dios se lo pague



 

La expresión «Que Dios se lo pague» muestra la omnipotencia y omnisapiencia de un inconsciente que se cree Dios.

Platón (427-347 a. C.) fue un filósofo griego precursor del psicoanálisis inventado por Sigmund Freud (1856-1939).

Puede decirse que las ideas del austríaco se originaron, por lo menos, 23 siglos antes.

Platón decía que lo que denominamos proceso de aprendizaje es en realidad un proceso de recordación. En otras palabras, proponía que el ser humano lo sabe todo pero ignora aquello que no recuerda.

Freud imaginó y describió lo que denominó inconsciente, pero es lógico suponer que este no fue su invento sino la interpretación de la propuesta platónica. En esencia, el inconsciente sería el depósito de toda la sabiduría olvidada.

¿Cuál es la causa de ese olvido? No lo sabemos, pero podemos suponer que uno de los motivos es que olvidamos o no recordamos lo que preferimos desconocer. En otro artículo digo esto mismo pero sugiriendo que nuestras evocaciones ocurren con un criterio político (1).

También en otro artículo (2) les comenté algo sobre cómo funcionan las letras de cambio: forma de pago que es muy simple pero cuya explicación resulta extensa y aburridora.

Con ese instrumento de pago (letra de cambio), le ordenamos a alguien que nos debe dinero, que en vez de pagarnos a nosotros, le pague a otra persona.

Según cómo los psicoanalistas imaginamos el inconsciente, seríamos unos superdotados si pudiéramos levantar todas las inhibiciones que lo mantienen alejado de nuestra conciencia.

Por todo lo expuesto, les comento ahora que cuando alguien dice «Que Dios se lo pague» (como forma de agradecer un favor recibido), lo que en realidad está diciendo es algo así como: «Dios me debe muchos favores porque soy tanto o más grandioso que Él».

El inconsciente quizá sea el Dios individual, omnipotente y omnisapiente.

   

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