Muchas personas prefieren la
monotonía, la monogamia, el monoteísmo y hasta los monopolios, porque por
naturaleza procuran realizar el menor esfuerzo.
Psicológicamente los juegos de azar son un
reto a la sUERTE, que es como decir un reto a la mUERTE.
En otro artículo (1) compartía con ustedes un
comentario referido a las palabras que empiezan con el elemento compositivo mono. Decía:
«Si bien «mono»
es el nombre genérico de los simios, también es un elemento compositivo de
varias palabras a las que se les asigna un significado de único, exclusivo, por
ejemplo: monoteísmo (un solo dios) o monogamia».
Otro
vocablo por el estilo es monotonía, cuyo significado es «Uniformidad, igualdad de tono en quien habla, en la voz, en la música.
Falta de variedad en cualquier cosa» (2).
Quizá
uno de los malestares más asociados a la monotonía
es el aburrimiento, cuya definición es «Cansancio,
fastidio, tedio, originados generalmente por disgustos o molestias, o por no
contar con algo que distraiga y divierta» (3).
En suma: quienes practican juegos de
azar buscan una excitación fuerte que los alivie del aburrimiento.
Muchas
personas tienen un cerebro que no depende tanto de excitaciones fuertes y
parecen especialmente resistentes al aburrimiento. A veces solo se quejan de
ese malestar pero lo toleran durante largos períodos e inclusive toda la vida.
No
me extrañaría que obtengan una ganancia especial puesto que el aburrimiento
hace que el tiempo no pase nunca, gracias a lo cual las horas parecen días y la
sensación subjetiva de existencia es de gran longevidad.
Quizá
hasta disminuya su angustia ante la muerte porque, cuando quieren acordar,
tienen que asumir que están deseándola pues están aburridos de vivir.
Es
probable que muchas personas prefieran la monotonía, la monogamia, el
monoteísmo y hasta los monopolios, porque procuran realizar el menor esfuerzo
(4).
(Este es el Artículo Nº 1.707)
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