martes, 16 de noviembre de 2010

El dinero cristiano

El trágico final de Jesús de Nazaret es usado para crear un variado tipo de leyendas. Todas a gusto de quien las inventa.

Aunque esas historias disten mucho de ser reales, quienes creen en ellas organizan toda su vida y escala de valores suponiendo que son verdaderas.

Por lo tanto, lo que realmente importa es lo que alguien pueda creer. La veracidad histórica es secundaria.

Una versión bastante difundida cuenta que Jesús era hijo de Dios, quien fecundó a María milagrosamente (y por eso ella no perdió la virginidad).

Este hijo de Dios predicaría ciertas verdades inspiradas directamente por Dios y luego sería sacrificado como forma de pagar los pecados del ser humano.

Es propio de nuestra especie hacer sacrificios como forma de pago. Hay quienes hacen una promesa: «Si salvo el examen de matemáticas, iré caminando a la iglesia que dista diez kilómetros».

Si un ser humano piensa que existe un Dios que sacrifica a su hijo (Jesús) para salvarlo a él (al ser humano creador de la leyenda), es porque se siente muy amado por el Dios que imagina y además porque tiene un criterio de pago mediante la inmolación, la muerte, el sacrificio.

Les propongo pensar que algunos pobres patológicos podrían serlo porque piensan que Jesús es una forma de dinero que se utilizó para pagar por su salvación (la del pobre patológico que así piensa). Por lo tanto, no puede aceptar el dinero-Jesús y mucho menos usarlo para pagar algo que necesita. Semejante cosa sólo podría hacerla Dios. Emularlo sería una falta de respeto merecedora del peor castigo divino.

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