martes, 16 de noviembre de 2010

Que Dios te lo pague

Según mi propia encuesta entre muchos hispanoparlantes, las predilecciones de la mayoría a la hora de encontrar fórmulas para ganar el sustento se ubican en el siguiente orden:

0º - Recolectar de la naturaleza
1º - Empleo en el estado
2º - Empleo en una empresa privada
3º - Empresa propia sin empleados
4º - Empresa propia con empleados

La explicación que nos surge intuitivamente es que todos buscamos realizar el menor esfuerzo. Suponemos que trabajar para el estado es lo más fácil y así sucesivamente vamos tomando las opciones más complicadas si fallan las más simples.

Esta explicación seguramente es correcta, pero propongo dar un paso más. El psicoanálisis nos permite suponer que a la mayoría les resulta más fácil recibir dinero de una institución sin dueño que de una institución con algún dueño de carne y hueso (con cuerpo).

Quien tiene una empresa unipersonal recibe dinero también de personas de carne y hueso (clientes y pacientes), pero de muchos más que aquellos que trabajan para un solo dueño.

Lo más difícil es hacer lo mismo que el anterior (muchos cuerpos de clientes y pacientes) más el esfuerzo de interactuar con los empleados que nos entregan su trabajo.

Resumo: Lo más fácil es recibir lo necesario de la naturaleza (pero no lo puse en primer lugar porque los recolectores acceden a una calidad de vida aceptable sólo por una minoría) o de un ente abstracto (estado). Obtener dinero directamente de nuestros semejantes es lo menos preferido.

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