En el artículo publicado hoy titulado Siempre aparece alguien más astuto, comento la última y más grande estafa de la historia y menciono sólo a tres de sus víctimas más conocidas por todos.
A veces tenemos la impresión de que las personas que se destacan por alguna destreza que les da fortuna material, casi no cometen errores.
Quizá nadie esté a salvo de las consecuencias negativas del pensamiento mágico.
Esta forma de ver la realidad, incluye brujas, hadas, milagros, fantasmas, numerología, adivinación.
La gran estafa perpetrada por Bernard L. Madoff, no sólo contó con su cara de bonachón, su astucia y la suerte, sino que también contó con el pensamiento mágico de personas muy ricas.
Éstas pensaron que es posible hacer milagros, que existen misteriosos negocios que son más rentables que todos los demás, que hay personas que tiene poderes sobrehumanos, que puede existir un banquero capaz de multiplicar el dinero con procedimientos mágicos. Además creyeron que su inversión en este «gran negocio» fue una señal de que su dios predilecto los orientó hasta «el genio de las finanzas» como una señal de aprobación.
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