martes, 16 de noviembre de 2010

Quiero ser banquera

Las monjas no pueden dar misa, ni recibir confesiones, ni consagrar matrimonios.

Quizá no puedan muchas otras cosas porque la iglesia Católica opina que las mujeres «no tienen carácter».

Hasta hace unas pocas décadas los bancos no contrataban empleadas sino sólo empleados.

Los bancos y los templos también tenían similitudes arquitectónicas porque exhibían grandiosidad, solemnidad y riqueza material.

La naturaleza funciona de tal forma que todas las especies tenemos algo para comer pero a la nuestra se le ocurre agradecer.

Lo nuestro no es gratitud sino un intento de persuadir, coaccionar o sobornar a la naturaleza (o a Dios) para que nunca nos falte comida.

Originalmente estos regalos, pago o soborno eran hechos por los sacerdotes en los templos, pero luego el manejo de la riqueza también se profesionalizó para usos no religiosos.

Esta podría ser una explicación de por qué los bancos y los templos tienen arquitecturas similares y por qué se tuvo la costumbre de excluir a las mujeres tanto del sistema financiero como del religioso.

Las mujeres banqueras son pocas pero bancarias son muchas. En el ámbito paralelo (el religioso) no han conquistado tanto terreno.

●●●

No hay comentarios: