martes, 16 de noviembre de 2010

Él soy yo y viceversa

Los tests proyectivos son una gran herramienta de la psicología que cada vez se usan más para tomar decisiones importantes en el mundo de los recursos humanos.

La idea es muy sencilla y parte de un axioma que dice: «No se puede sacar de donde no hay».

Si a usted le piden que dibuje un árbol, inevitablemente ese será «su árbol» y tendrá tantas o más cosas suyas que su propio hijo.

La idea de Dios tiene algo de parecido con los tests proyectivos.

Desde mi punto de vista ésta es una figura imaginaria, a la que se le asignan ciertas características y con la que se establece un cierto tipo de vínculo.

Como esa figura imaginaria no tiene respuestas propias, cada uno de los creyentes «le habla» y cree recibir ciertas respuestas que seguramente son propias del mismo creyente.

Si esto fuera así, entonces podemos decir que existe un Dios por persona. Cada uno pone en Él cosas personales, aunque cree que está teniendo una percepción objetiva de Dios, así como quien dibuja un árbol supone que cualquier otra persona podría dibujarlo igual.

En el caso de que usted tenga ganas, puede describir «cómo es Dios»: Seguramente hará un sincero autorretrato.

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