La recomendación de Jesús de que nos quedáramos tranquilos porque nuestro Padre (Dios) nos daría lo necesario como hace con las aves y los lirios del campo quizá tuvo vigencia en su época pero en la actual es seguro que no la tiene.
Les planteo un razonamiento porque puede servirnos para mejorar nuestra calidad de vida actual y futura.
Pensemos que la expectativa de vida de un ser humano es de 100 años. Si bien las cifras indican algo más de 70, la ciencia avanza a tal velocidad que no es un despropósito calcular esos 100 años.
Cualquier persona que nazca hoy, debería tomarse los primeros 20 años para formarse, capacitarse y quedar en condiciones de ganar dinero. Los padres se encargarían de proporcionarle lo que necesite y desee.
Luego, tendría que trabajar 40 años y a los 60 años (20 + 40) jubilarse.
Una vez jubilado, viviría otros cuarenta años para llegar a los 100 (60 + 40).
Pero el tema central de este artículo es que durante los 40 años de actividad, deberá generar el doble de lo que necesita para vivir. La otra mitad la tiene que guardar para los cuarenta años finales, cuando quizá tenga menos energía y ganas de trabajar, pero tendrá necesidades y ganas de divertirse.
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