
Como siguen apareciendo nuevos enfoques que merecen ser compartidos con ustedes, hoy les comento que el poder se manifiesta de tres maneras:
1) Muy a menudo imaginamos tener la posibilidad de cancelar definitivamente las molestas necesidades y deseos. Imaginamos un poder ideal, perfecto, total. Creer que alguien lo tiene (Dios) es una forma de disfrutar con esa fantasía y suponer que Dios es nuestro aliado, es aún más placentero.
2) Otra manifestación del poder es aquel que se nos presenta o que presentamos a otros como potencial. Tanto podemos decirle a alguien que si cumple con determinado desempeño utilizaremos nuestro poder para gratificarlo, como que —de lo contrario—, lo utilizaremos para castigarlo.
3) Finalmente está el poder que efectivamente tenemos y aplicamos para obtener lo que necesitamos de los demás. El dinero es un medio propio de nuestra cultura. Con él nos apoderamos de los bienes y los servicios que otros venden y premiamos o castigamos ciertas conductas.
Nota curiosa: la palabra «venal» tanto se refiere a nuestras «venas» como a la condición de ser «vendible o sobornable». Este doble uso me sugiere que entre «dinero» y «aparato circulatorio» imaginamos alguna asociación más sutil que la expresión «dinero circulante».
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario